No acostumbro a escribir en clave personal, pero hoy, tras la Fiesta Mayor,
Si leéis este blog para seguir la actividad política municipal os ahorro la lectura de este artículo.
Sin ánimo de ser pedante, posiblemente muy pocas personas han vivido nuestra fiesta mayor como yo. Cuatro años de concejal de cultura, y otros ocho de alcalde, me han hecho conocerla, disfrutarla, incluso sufrirla, pero sobre todo quererla.
Y a pesar de toda la intensidad que siempre le he dedicado y de la pasión que siempre le he puesto, este año he descubierto una nueva Fiesta Mayor. La que muchos tenéis y yo aún no había vivido desde que tengo hijos.
No tengo ánimo de lamentación. Al contrario. Como Alcalde sabía que iba a ser así, que debe ser así. Y si algún día vuelvo a gobernar, sé que volverá a ser así.
Pero no voy a negarlo, este año he disfrutado muchísimo de la Fiesta.
Acertar con los balines, intentar quitarle la escoba a la bruja, un pincho cuando te apetece, una copa tranquila con los amigos, un helado de madrugada, que tus peques te animen mientras juegas las semis del campeonato de futbolín, o simplemente pasear con la familia y dedicarles tiempo.
Vivencias sencillas que estos años atrás resultaban imposibles. Era la misma Fiesta, pero completamente diferente.
De estos cuatro días me quedo con eso. Y con otras dos cosas ...
Me quedo con la fiesta de los que se divierten si tú te diviertes, de los que se lo pasan bien trabajando para que los demás disfrutemos, de los que sudan junto al fuego para que los demás estemos tranquilos a la sombra, de los que se levantan a las 9 para que los demás comamos al mediodía.
Gracias ‘Murga’ por la jornada del sábado. Ha sido un placer ‘coger los remos’ y ‘currar’ todo el día con vosotros.
Y me quedo con tantas y tantas personas que durante estos días habéis cruzado conmigo un saludo, un comentario o unas palabras de ánimo. Muchas gracias por ver a la persona que hay más allá de la figura de un Alcalde.
Me llevo todo eso en la mochila.
