Tras ver unos comentarios sobre la política local que hoy
corrían por twitter y tras leer algún que otro artículo reciente, me han venido
a la mente unos versos sobradamente conocidos.
Son los famosos versos del poema de Ramón de Campoamor que dicen aquello de:
en este mundo traidor,
nada es verdad ni es mentira,
todo es según el color,
del cristal con que se mira
Pues bien, aún siendo famosos los versos y aún habiendo
utilizado la frase en multitud de ocasiones, hoy he descubierto una nueva
expresión que desconocía.
Buscando los versos en google, acabé encontrando esta definición en la
wikipedia que os transcribo literalmente ya que me he propuesto que este
artículo sea lo más aséptico y neutro posible por mi parte.
Ley Campoamor
La expresión Ley Campoamor se usa a modo de metáfora,
o de recurso retórico, con que poder decir a alguien que se ha hecho una
interpretación interesada de algo, ya sea de un hecho o bien de una disposición
legal o reglamentaria. En la Administración pública española es una
expresión usada con cierta frecuencia en aquellas ocasiones en las cuales un jefe hace
interpretación, apreciación, o aplicación, de reglamentos a su albedrío, que no
es coincidente con la interpretación general y comúnmente aceptada o entendida. En esos
casos arbitrarios se dice entonces que la persona en cuestión aplica la
ley campoamor.
Origen
La frase «ley campoamor» se basa en el texto del famoso
poema de Ramón de Campoamor que dice: «En este mundo traidor / nada
es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira»,
el cual supone una pesimista pero bella manera de expresar, y
admitir, que nada vale, que ningún valor es inmutable, y que inevitablemente
impera el subjetivismo, la arbitrariedad, y el relativismo, en todas
las facetas de nuestro mundo (por ello, traidor, según el
poeta).
Todo esto viene al caso, por las
interpretaciones tan opuestas que ha generado la reciente decisión de un
concejal de La Llagosta que habiéndose presentado a las elecciones bajo las
siglas de CiU, ha dejado esa formación y ese grupo municipal para pasar a ser
un concejal ‘no adscrito’ y mantener su apoyo a ICV en el gobierno local.
Apreciaréis que en la breve explicación de los hechos he sido
sintético y objetivo. No quiero que nadie me tache de aplicar la Ley Campoamor. Tampoco nadie podrá decir que mi punto de vista está coloreado. No me une a ese concejal ningún tipo de relación ni
de amistad o ni de enemistad personal. Tampoco siento ninguna afinidad o
animadversión política.
Sin embargo, un mismo hecho -la actuación de ese concejal- ha supuesto para unos (los
damnificados), un claro ejemplo de transfuguismo y traición, mientras que para
otros (los beneficiados y/o amigos) es un claro ejemplo de coherencia política y de integridad personal.
¿Es posible una interpretación tan dispar de una misma cuestión?. Pues parece ser que sí. Qué oportunos e indicados resultan en este caso los versos
de Campoamor.
A estas alturas del escrito aún no he manifestado
mi opinión personal. Pero que no la diga no significa que no la tenga. Simplemente me limitaré a aportaros más información, elaborada por terceros, para que una vez leída, le pongáis el color
que queráis a lo ocurrido en el ayuntamiento de La Llagosta y podáis determinar por vosotros mismos si se trata o no de un episodio de transfuguismo.
Supongo que nadie se atreverá a poner en duda la imparcialidad del
diccionario de la Real Academia de la Lengua. Pues bien, veamos que dice el diccionario:
Tránsfuga:
1. Persona que pasa de una ideología o colectividad a
otra.
2. Persona que con un cargo público no abandona éste al separarse del
partido que lo presentó como candidato.
Supongo que tampoco nadie pondrá en duda la neutralidad de
uno de los pocos documentos que ha conseguido poner de acuerdo a la inmensa mayoría de los partidos políticos de
todos los colores, incluidos los dos afectados (PP, PSOE, IU, CiU, PNV, ICV,BNG, ERC, …)
Se trata del
“ACUERDO SOBRE UN CÓDIGO DE CONDUCTA POLÍTICA EN RELACIÓN CON
EL TRANSFUGUISMO EN LAS CORPORACIONES LOCALES”,
“Un compromiso por el respeto a la voluntad de los
ciudadanos y a la lealtad política en los gobiernos locales”
O más conocido como PACTO ANTITRANSFUGUISMO. El documento de mayo de 2006 dice:
Primero.- A los efectos del presente Acuerdo, se entiende por tránsfugas a los representantes
locales que, traicionando a sus compañeros de lista y/o de grupo -manteniendo
estos últimos su lealtad con la formación política que los presentó en las
correspondientes elecciones locales-, o apartándose individualmente o en
grupo del criterio fijado por los órganos competentes de las formaciones
políticas que los han presentado, o habiendo sido expulsados de
éstas, pactan con otras fuerzas para cambiar o mantener la mayoría
gobernante en una entidad local, o bien dificultan o hacen imposible a
dicha mayoría el gobierno de la entidad. Cuando surgiesen dudas sobre qué
miembros de una lista y/o grupo político han incurrido en transfuguismo, será
la formación política que los ha presentado la que deberá aclarar por escrito
cuáles de ellos se han apartado de la disciplina de partido, a efectos de su
calificación como tránsfugas. Las medidas previstas en este Acuerdo con
respecto a los tránsfugas, serán igualmente de aplicación a aquellos miembros
de las entidades locales que se beneficien de su conducta.
…
Igualmente, los
Partidos Políticos se comprometen a no aceptar en sus equipos de Gobierno
municipal a miembros de la Corporación que
se hayan convertido en tránsfugas con respecto a sus grupos de
procedencia, y rechazan la posibilidad de que por parte del Alcalde se efectúe
cualquier nombramiento político que implique atribuciones de gobierno o
delegación genérica o especial de las mismas, con los consiguientes derechos
políticos y económicos, en favor de los tránsfugas.
Repito, esta es la definición aceptada por TODOS LOS
PARTIDOS POLÍTICOS. (Os dejo el texto
integro del pacto por si os apetece la lectura.)
Os he presentado textos literales, sin un ápice de opinión.
Simplemente me he limitado a un ‘cortar y pegar’ de documentos. Considero que
son datos más que suficientes para que cada cual forme su propia opinión sobre
lo sucedido en La Llagosta, sacando sus propias conclusiones sin
que nadie os intente imponer la ‘Ley Campoamor’ colocando un filtro del color que
más le interese.