lunes, 6 de febrero de 2012

C versus E, Crónicas de un congreso.


Este fin de semana he vuelto de nuevo a Andalucía, al Congreso del PSOE celebrado en Sevilla. Han sido tres días intensos, de política, de sentimientos, de ideas, de pensamientos y también de recuerdos.

Y tres días de contradicciones.

Apoyaba y apoyo a Carmen Chacón. La apoyaba y la apoyo con la misma intensidad que ahora defenderé y apoyaré a Rubalcaba.

Apoyaba y apoyo a Chacón por que he mirado este congreso desde dos ópticas:

Desde el sentimiento, por que Carme siempre ha ayudado a La Llagosta, por que la aprecio como persona y, sobre todo, por que creo que representa la ilusión por un necesario cambio de rumbo en el partido que no hemos sido capaces de hacer.

Desde la razón, por que he intentado mirar este congreso como si se estuviera celebrando dentro de dos años. Los días previos al congreso comenté en muchas ocasiones que Rubalcaba era el mejor  para hoy, pero que Carme era la mejor para mañana.

Y nos estamos jugando el futuro.

Ha ganado Rubalcaba. A partir de ahora, aunque él  no era mi opción, le defenderé con uñas y dientes. Sobre todo, por la firme convicción de que pertenezco a un proyecto colectivo llamado SOCIALISMO en el que creo y que está por encima y por delante de Rubalcabas, Zapateros, Chacones o González.

Pero a pesar de esa defensa que haré en el futuro de Rubalcaba, no puedo dejar de expresar un sentimiento también contradictorio que he vivido estos días, despertado tras su discurso del sábado.

En su discurso, Rubalcaba me hizo recordar aquellos días, hace 30 años, cuando viajaba de vacaciones a la tierra de mis padres y mis abuelos. Al llegar a Andalucía era el catalán, al volver a Catalunya, el andaluz.

Este fin de semana, tras sus palabras en el congreso de Sevilla, me he sentido muy del PSC. Durante muchos años en La Llagosta me he sentido también muy del PSOE.

Desde hace más de 30 años, llevo viviendo con orgullo y sin contradicciones esa dualidad. Que nadie me la quite. Ni unos, ni otros.